lunes, 24 de agosto de 2009

Menú de café: Para pedir y exigir

Nada peor que enfrentarse a un menú de café que, a primera vista y por decir lo menos, confunde. O, por simple ignorancia, que llegue a la mesa una preparación que se aleja de lo que ordenamos. A continuación, datos para pedir con conocimiento.

Las diferencias son sutiles, pero cada preparación de café lleva distintas cantidades de espresso, leche o espuma de leche que marcan matices y nos hacen viajar a diversos universos cafeteros. Como regla básica recordar: a menos cantidad de café, menos cafeína y más intensidad en sabor. Un ristretto para un dulzor profundo, un espresso para una bebida equilibrada y un lungo para quienes necesiten una fulminante dosis del alcaloide. En el área láctea, el macchiato es un insuperable equilibrio de sabor entre leche y café, un cappuccino es espumoso por esencia y un latte es el indicado para ahogarse en una taza cremosa y dulce.

¿No quedó claro? Bueno, estas ilustraciones son un certero aliado para empezar a entender que en la cultura del espresso nada es casualidad y cada taza lleva impregnada una potente carga de precisión y técnica. Este es, entonces, un necesario backstage para aprender a demandar y reconocer lo que, a veces, tiene un largo signo de interrogación. ¡Salud!









Felipe Herrera P.
Periodista
Revista Club La Tercera

No hay comentarios:

Publicar un comentario